¿Te comiste todo?
Uff, qué atroz. Sólo a mí me pasan estas cosas. La verdad pololié mucho tiempo con un BWM, o algo así, mucho peor quizás, no quizás, sí, la verdad MUCHO peor, pero esa historia es otra y bueno, este saco de pelotas me dijo alguna vez que lo que más le gustaba de mí era lo buena que soy para comer. Ok, no es el medio elogio, pero en algún momento lo asumí bien. Lo podía acompañar en la parrilla, con las piscolas, el completo a las 5 am, al choripán, a lo que fuera, al pebre, al curanto, a la comilona, ahí estaba yo, acompañándolo, no por hacerme la linda, sino por que realmente tenía hambre. ¿Mi amor quiere una ensalada César? y yo, me emputecía, despotricaba y pataleaba, no po, yo quiero una hamburguesa gigante, una pizza con tocino y un choripán, y hasta quedaba con hambre...
Después salí con otro que me felicitó porque era la primera mujer que conocía que lo acompañaba a la Fuente Alemana. Punto para mí. Otra vez me invitaron a un matrimonio y como el huacho no comía, pase pa'cá mijito que yo me como eso. Y no crean que soy una mórbida, tengo un metabolismo que no es hiper, pero sí mediante bueno y claro, todo el secreto está en la coca light, así que les paso el dato.
¿Pero qué me pasó el otro día? Salí a comer con un ñandú (aún está en esa clasificación) y al terminar mi lomito italiano de la Fuente Alemana, me mira sorprendido y me dice ¡Te comiste todo! y yo, con cara de interrogación, de molestia, pero nunca de vergûenza le respondo, ¡y qué tiene! Claro, porque según él, las mujeres siempre tiene que dejar un poco de comida en el plato.
Cariños,
Isi G.
(Buena para el diente, pero digna)
Después salí con otro que me felicitó porque era la primera mujer que conocía que lo acompañaba a la Fuente Alemana. Punto para mí. Otra vez me invitaron a un matrimonio y como el huacho no comía, pase pa'cá mijito que yo me como eso. Y no crean que soy una mórbida, tengo un metabolismo que no es hiper, pero sí mediante bueno y claro, todo el secreto está en la coca light, así que les paso el dato.
¿Pero qué me pasó el otro día? Salí a comer con un ñandú (aún está en esa clasificación) y al terminar mi lomito italiano de la Fuente Alemana, me mira sorprendido y me dice ¡Te comiste todo! y yo, con cara de interrogación, de molestia, pero nunca de vergûenza le respondo, ¡y qué tiene! Claro, porque según él, las mujeres siempre tiene que dejar un poco de comida en el plato.
Cariños,
Isi G.
(Buena para el diente, pero digna)